CECILIA RIVERA

Pues eso... lo dicho, si no hay miso, no hay sopa.

Del japonés "fuente de sabor", el miso es una pasta fermentada de semillas de soja, sal marina y/o cereales como la cebada, el arroz o el trigo.

Y lo mejor es que, no sólo va a aportar sabor a nuestros platos, si no que además vamos a aprovechar los beneficios que aporta, ya que durante siglos fue considerado un alimento curativo.

El miso aporta minerales, vitaminas, proteínas de origen vegetal, y los beneficios de los probióticos, puesto que contiene bacterias vivas que favorecen la digestión, regeneran la flora intestinal y aumentan nuestras defensas.

Aprovecharemos sus propiedades para tener un buen nivel de energía, como digestivo, para la anemia, beneficios para el pelo, los dientes, sistema nervioso, acidez de estómago, metabolismo por su alto contenido en minerales, como potente antioxidante, nutre la piel,....... y un largo etc de aportaciones positivas. Eso sí, NO recomendado para hipertensos por su alto contenido en sodio.

Podrás encontrar varios tipos:

• Genmai: miso con arroz integral de gran aroma
• Kome: miso con arroz blanco y sabor dulce
• Mugi miso: miso con cebada, sabor dulce y alto contenido en proteínas
• Hatcho miso: miso de soja sin mezclar con cereal, el más elevado en proteínas y bajo en hidratos de carbono

Yo compro del tipo "Genmai", sin pasteurizar y ecológico, y lo añado a sopas, pescados, verduras, ensaladas... y ya sólo me falta echarlo en las tostadas mañaneras;)

Eso sí, tened en cuenta que si el miso se hierve destruiremos sus enzimas. Así que una vez cocinado vuestro plato, lo que yo hago, es diluir una cucharadita en un cuenco a parte, chorrazo de limón (opcional), ralladura de jengibre y aceite de oliva o de semillas de lino y, una vez deshecho, lo añades a tu sopa o plato.

Ya me contaréis;)!!