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tRABAJAR con aLMODÓVAR
19 abril 2016Pues sí, llega un día en la vida de Cecilia Rivera, es decir, la mía, en el que la vida misma me hace un regalo, uno muy especial: Trabajar con el mismísimo Pedro Almodóvar... ni más ni menos. Porque, cuántas veces desea un actor en su mente y en su corazón poder rodar con él algún día???... Pues cada día diría yo, y días en los que lo deseas infinitas veces... Porque ser actor es algo que nace de las mismísimas entrañas, de los ventrículos del corazón y de cada célula de tu cuerpo... Y Pedro es de los que te hacen sentir esas cosas, como espectadora y como actriz. No sé si puedo explicarlo mejor, para que a todo el que lea este post, le llegue un trocito de esta pasión y esta locura de profesión que a algunos nos da por elegir :D
Como experiencia? Pues brutal! Desde el momento en el que te convocan las grandísimas directoras de casting Eva Leira y Yolanda Serrano a hacer la prueba para el papel en el que te han imaginado, hasta el día que ves la peli desde la butaca; y pasando claro, por momentazos como pruebas de vestuario, maquillaje y peluquería en la productora "El Deseo", donde todo el mundo se deja el alma para que cada mínimo detalle salga a la perfección... rodaje, ensayos en el set, rodar con Agustín Almodóvar, ser dirigida por Pedro, su buen humor, su profesionalidad, los pellizcos que te das de vez en cuando en el brazo que te recuerdan que sí! que lo que estás viviendo es real!!! las conversaciones con Adriana Ugarte, con el fotógrafo Manolo Pavón, con los conductores que te traen y te llevan, la fiesta de fín de rodaje... no se, cada minuto es especial y cada segundo lo disfrutas como si te hubiesen tocado 32 millones de euros.
Pues os cuento, que esto de trabajar con Pedro era algo que yo ya me había "programado" ó "incrustado" a mí misma en el cerebro unos años antes... En serio, el mismísimo día en que decidí que ya era actriz y que iba a trabajar de ello, dije también, "Yo voy a trabajar con Almodóvar!", así que ni corta ni perezosa, me hice con una imagen de una revista en la que Pedro paseaba con una amiga por la calle, a la que recorté su cara (no tengo nada contra ella y seguro que es majísima;) , y en su lugar puse una foto de la mía; y así la tuve dos años en mi espejo. A Pedro se lo conté y le afirmé: "Pedro, yo me tenía que familiarizar contigo para cuando llegara este momento"! Y sí, claro que sí, llegó, era imposible que no llegara!
Y mi conclusión de todo ésto es que las cosas que uno quiere que le sucedan están en nuestra mano. Que tenemos que proyectar las cosas para que ocurran. Y que es imprescindible confiar en nosotros y estar convencidos de lo que hacemos.
De una cosa estoy segura: amo esta profesión, con sus cosas BUENAS y con sus cosas BUENAS.
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